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Aunque el camino serpentee...
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y sus corazones desfallezcan...
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aun así,
van a seguir por el camino...
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hasta llegar a su salvación.
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El tesoro aún está ahí, muchachos.
Créanme.
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Pero ¿cómo supo él lo del tesoro?
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No lo sé, Delmar.
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Se dice que los ciegos
poseen sensibilidades...
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para compensar su ceguera...
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hasta el grado
de desarrollar poderes síquicos.
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Poder ver el futuro
encajaría dentro de esa categoría.
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Entonces, no es muy sorprendente...
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que un organismo
privado de la visión terrenal--
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Dijo que no obtendríamos
el tesoro que buscamos...
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debido a nuestros obstáculos.
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¿Qué diablos sabe él?
Es un anciano ignorante.
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Por Dios, Pete.
Ya te dije que yo mismo lo enterré.
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Si tu primo aún tiene
la granja, los caballos...
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una fragua y algo con qué herrar para
recuperar la libertad de movimiento--
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¡Alto ahí!
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- ¿Vienen de parte del banco?
- ¿Eres el hijo de Wash?
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Sí, señor. Papá me ordenó
que le dispare a los del banco.
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No venimos de parte del banco,
jovencito.
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Sí, señor. También debo disparar
si vienen a notificar.
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Tampoco traemos una notificación.
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Herí levemente al hombre del censo.
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Qué buen chico.
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¿Anda por aquí tu papá?
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Hola, Pete.
¿Quiénes son tus amigos?
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Es un placer conocerle, Sr. Hogwallop.
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- Me llamo Ulysses Everett McGill.
- Y yo, Delmar O'Donnell.