:08:02
No.
:08:03
Pensábamos y actuábamos
más como McGregor.
:08:08
¿ Qué pasa con esos dos sustitutos?
¿ Qué nos envían ahora?
:08:11
-De los Azules: Ten. Forsythe.
-¿Los Azules?
:08:14
Ése es un regimiento elegante.
Todos con botas relucientes.
:08:18
-¿ Quién es el otro?
-De Sandhurst. Ten. Stone.
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¿ Qué?
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¿De Sandhurst? ¿Me envían a un niño...
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que aún no se viste solo? ¿lnexperto?
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¿Directamente del colegio militar
a la frontera?
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Dios me salve.
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¿ Cómo dijo que era su nombre?
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Donald Stone, señor.
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¿ Y quién le pidió que interfiriera
en mis asuntos personales?
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¿ Quisiera olvidar por un momento
que es mi coronel, señor?
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Sí.
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Mira, Tom. Dentro de un par de años,
estarás retirado.
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Así que enviaste por mi hijo
porque me tienes lástima, ¿es eso?
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Para nada.
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Mi idea fue
la de mantener el nombre Stone...
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en el 41º cuando ya no estés.
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No hay lugar para sentimentalidades
en el Ejército.
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No sería justo enviarlo a casa sin probarlo.
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Aun así, si no está a la altura
de mis exigencias, se irá.
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Por supuesto.
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Y al primer signo de favoritismo,
tuyo o de cualquier otro...
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habrá problemas.
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Y ésa es una orden, mayor Hamilton.
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Tal como usted dijo, Mayor.
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Es el privilegio del Coronel
de decir y hacer lo que quiera.
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McGregor, vaya a buscar
a los dos oficiales sustitutos hoy.
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-Los tenientes Forsythe y Stone.
-Sí, señor.
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¿ Stone?