The Lives of a Bengal Lancer
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:25:01
-Sr. McGregor.
-Sí, señor.

:25:02
Tal como le dijera a otro
de mis oficiales esta mañana...

:25:05
no hay lugar para sentimentalismos
en el Ejército.

:25:09
Ni sentimentalismos, ni impertinencias,
Sr. McGregor.

:25:30
Stone.
:25:38
lnteresante el durbar, ¿ verdad?
:25:41
Lamento haberlo enviado allí.
No debí haberlo hecho.

:25:44
Debería haber sabido cómo lo trataría.
:25:46
¿ Qué es un hijo para él,
comparado con este maldito regimiento?

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Es un rigorista. Una baqueta.
Eso es lo que es. Todos lo saben.

:25:53
-Más vale que se acostumbre.
-Eso es mentira.

:25:58
Lo siento, no puedo callarme.
Ése es mi problema.

:26:03
Soy el tonto más grande del Ejército.
Lo siento.

:26:07
Está bien, Mac.
:26:13
Cómo amo la plata entrañable
que brilla en su cabello

:26:18
Ysu frente surcada
y arrugada por las preocupaciones

:26:27
Oh, Dios te bendiga y te cuide
:26:30
Madre McGregor
:26:40
Entonces, cuando una tropa
se pone en movimiento...

:26:44
¿qué tienen que vigilar los líderes de tropa?
:26:46
-Sr. Stone, le hice una pregunta.
-Sí, señor.

:26:51
Vamos.
:26:56
-Lo tuve todo ese tiempo.
-Está bien.


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