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Todos podrían ser. . .
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. . .Ashley.
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Hace una hora que espero para
hablar con Vd., Sra. Wilkes.
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Vamos, escoria.
No molestes a las damas.
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- No hables con ella.
- Está bien.
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¿Quién es?
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Soy Belle Watling.
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No importa.
Creo que no tengo nada que hacer aquí.
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Dígame por qué quiere verme.
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Primero vine y dije que era enfermera.
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No quisieron mis servicios.
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Luego traté de darles dinero.
Pero tampoco era bueno para ellas.
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¡Las viejas pavas!
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Un Sr. me dijo que Vd.
es un ser humano.
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Si lo es aceptará
mi dinero para el hospital.
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¿Qué hace aquí?
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¡Hablo con la Sra. Wilkes!
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Mejor que coja mi dinero.
Es bueno, aunque sea mío.
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- Es Vd. muy generosa.
- Soy confederada, como los demás.
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¡Claro que sí!
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Algunos no piensan igual.
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Pero igual no son tan buenos
cristianos como Vd.
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Mire, Sra. Meade,
es mucho dinero.
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¡ 10, 20, 30, 50!
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¡Y no es papel, es oro!
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Déjame ver el pañuelo.
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¡R. B. !
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¡Y va en el carruaje de
Rhett Butler!
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¡Si no fuera una dama,
lo que le diría a ese canalla!
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El pánico azotó la ciudad con la
primera bomba de Sherman. . .
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Indefenso y desarmado, el pueblo
huía del monstruo destructor. . .
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Y los vestigios de un ejército
marchaban a enfrentarse al enemigo. . .