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que eso que llaman "aventura"
consistió en exactamente dos besos...
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y un baño muy tarde.
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- Gracias, pero--
- De todo lo cual...
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disfruté mucho y cuyo recuerdo
no borraría por nada en el mundo.
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- No sirve, Mike.
- Después de lo cual...
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acosté a Tracy en su dormitorio...
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y bajé aquí, donde estaban ustedes dos,
lo que recordarán sin duda.
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Indudablemente, sin ninguna duda.
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¿Quiere decir que eso fue todo
lo que pasó?
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Eso es.
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¿Por qué? ¿Era tan fea, tan distante,
tan prohibida o algo así?
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- Bonita manera de hablar.
- He hecho una pregunta.
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Estabas muy atractiva,
y en cuanto a distante y prohibida...
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todo lo contrario,
pero también estabas un poco...
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con una copa de más.
y hay ciertas reglas en cuanto a eso.
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Gracias, Mike.
Creo que los hombres son maravillosos.
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Los buenos muchachos.
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No le veo la gracia
a esta situación, Srta. Imbrie.
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Lo entiendo.
Al principio también me fue difícil.
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Está bien, Tracy.
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De vez en cuando, todos nos volvemos
locos y si no, quizá deberíamos.
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Verá, no era en absoluto Tracy,
Sr. Kittredge.
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Era otra muchacha.
Una tal Srta. Pommery, 1 926.
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Bebiste demasiado, Tracy.
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Ese parece ser el consenso.
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¿Me prometes que jamás volverás a beber?
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No, George.
No creo que pueda.
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Hay algunas cosas
acerca de esa otra muchacha...
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esa Srta. Pommery del 26,
que me gustan mucho.
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- Pero un hombre espera que su mujer...
- Se comporte bien. Naturalmente.
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Se comporte bien naturalmente.
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Lo siento.
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Si no hubiera sido porque anoche
bebiste, nada de esto habría sucedido.
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Aparentemente nada sucedió.
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¿Qué te hizo pensar que algo sucedió?
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Pues, no se necesitaba
mucha imaginación.
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No mucha, quizás, pero sí de cierta clase.
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Parece que tampoco tú
pensaste muy bien de ti.
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Eso es lo extraño.
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De alguna manera esperaba que
tú pensaras mejor de mí que yo misma.