:50:05
	Grunstadt. No habrá oído hablar
de mí. Pero su trabajo...
:50:09
	Lo leo en la Revista de Derecho.
Le admiro mucho. ¿Quién no?
:50:13
	Es profundo. Sí, austero.
Totalmente austero.
:50:18
	Siéntese.
No está hecho de cristal.
:50:20
	Sí, cómo le envidio, señor.
:50:23
	La soledad de una biblioteca
sin nadie que lo distraiga.
:50:28
	¡Se ha salido fuera!
:50:30
	Pero yo trabajo en una brecha.
¿Ha oído hablar del caso Dilg?
:50:36
	- Sí, sí.
- Eso sí que es mala suerte.
:50:39
	La primera vez en diez años
que un caso atrae atención de fuera.
:50:44
	¡Corre, idiota, corre!
:50:46
	Y justo en pleno proceso,
el muy canalla sale volando.
:50:49
	- Estaba preparando el veredicto.
- ¿Antes de que empezara el juicio?
:50:54
	- Aún no habían aportado pruebas, ¿no?
- Pero era más culpable que Judas.
:50:59
	- ¿Por qué lo sabe?
- No puede estar más claro.
:51:01
	Siempre descontento.
Causando problemas desde pequeño.
:51:06
	¡Lánzala, lánzala, burro!
:51:09
	¿Considera ético juzgar a un
hombre sin todas las pruebas?
:51:12
	Querido amigo, se fugó de la cárcel.
Suficiente, ¿no?
:51:15
	Hasta un filósofo de biblioteca
que piense como usted lo admitiría.
:51:20
	Srta. Shelley, hemos visto
bastante béisbol por hoy.
:51:23
	- ¿No se irá?
- Tengo trabajo que hacer.
:51:26
	¡Qué lástima!
:51:28
	El béisbol es de lo mejor. Le quita
a uno las telarañas del cerebro.
:51:34
	Este palco es mío.
Si le interesa ver un partido...
:51:37
	- Gracias.
- Siéntese de una vez.
:51:42
	Juega muy bien.
¿Dónde ha aprendido?
:51:45
	De mi padre.
No era muy partidario de trabajar.
:51:49
	Le gustaba el ajedrez
y la conversación.
:51:53
	Es un hombre de muchas facetas.
:51:57
	Vamos a tener un verano
muy agradable.