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¿O te sacó de la cama
ese enanito?
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Fue el portero.
Goteabas sangre al entrar.
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Sí, no me extraña.
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He querido aclararte lo del
caso Dietrison, Keyes.
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Ya lo veo.
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-¿Cuánto tiempo llevabas fuera?
-El suficiente
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Una locura, con un final
de locos...
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...que no adivinaste.
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Uno no puede adivinarlo
todo, Walter.
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En efecto. Así es.
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Me largarás un gran discurso...
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...pero que no sea muy triste.
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Adelante, Keyes.
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Walter, metiste la pata.
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Gracias, Keyes, al menos
fuiste breve.
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Llamaré a un médico.
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¿Para qué? ¿Para que me
pongan unos remiendos?
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¿Para que mejore...
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...y así entrar por mi propio
pie en la cámara de gas?
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-¿Para eso?
-Algo así.
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-Tengo otra idea.
-¿Sí?
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Mira, Keyes,...
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...¿por qué no vuelves a la cama
y escuchas la grabación mañana?
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Luego, haz lo que quieras.
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Ayúdame en esto, Keyes.
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-Dame una buena razón.
-Necesito cuatro horas.
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-No vas a ningún sitio.
-Te lo aseguro.
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A la frontera.
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-No tienes ninguna posiblidad.
-Lo intentaré.
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-No conseguirás llegar.
-¿Eso crees?
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Merece la pena.
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-No llegarás ni al ascensor.
-Adiós, Keyes.