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¿No teme que el joven general
le dé problemas?
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Si ofendemos al general,
podría echarnos.
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Nunca lo haría.
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Puede tener problemas
con Kanchi.
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¿Kanchi?
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No se atrevería.
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Al fin y al cabo, él es
un príncipe y ella es lo que es.
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Conocerá la historia del príncipe
y la mendiga.
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40, 41, 42,
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43, 44, 45,
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46, 47, 48, 49...
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El general nos concedió 500 yardas
alrededor de la casa.
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Entonces el hombre santo
vive en nuestras tierras.
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- Él estaba aquí primero.
- Todo esto nos distrae.
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- ¿Las distrae?
- Sí, nos perturba.
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Este aire puro, el viento
que no cesa y la montaña.
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Y ese hombre ahí sentado
día tras día
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y la gente visitándole.
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Pasan cerca de la casa,
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se paran, se sientan y nos miran.
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- ¿Y qué se puede hacer?
- El general podría echarle.
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- No lo hará, no sería cortés.
- No creo que sepa que está aquí.
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Sí que lo sabe.
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Ese viejo le preocupa un poco,
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sobre todo cuando cena o
se prueba una levita londinense.
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¿Por qué?
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Creerá que debería imitarle.
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¿Entonces no le echará?
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Sería un poco raro que echase
a su propio tío.