:05:00
- Ayúdale.
- Cuidado hermano, ¿tenías sed?
:05:07
¿Pero por qué a ti?
¡Eh! Digo, ¿por qué a ti?
:05:11
¿Qué quieres decir?
:05:13
Digo, ¿por qué, Francisco,
todo el mundo va detrás de ti?
:05:16
y todos desean
verte, oírte, obedecerte?
:05:20
¿tú, que no eres ni alto,
ni bello ni noble?
:05:23
Porque Dios no ha encontrado
alguien más humilde en la Tierra,
:05:27
porque no ha visto entre
los pecadores a uno más vil que yo.
:05:31
Para decir que toda virtud
es un don suyo y no de las criaturas...
:05:36
y al Señor dé gloria
y gloria in eterno.
:05:40
Y por eso,
yo también te sigo, ¡oh, Francisco!
:06:04
- Entra.
- Pero no se puede.
:06:06
- ¿Qué pasa, qué pasa?
- Nuestra cabaña está ocupada.
:06:09
Ven, un poco de agua
no te vendrá mal, vamos...
:06:12
- Buenas tardes, hermano
- ¿Qué queréis?
:06:15
Nuestros cuerpos
necesitan un poco de descanso.
:06:17
¡No os llevéis al asno!
Ya pensaré yo en cómo daos reposo.
:06:22
Pero esta celda la hicimos
con nuestras propias manos.
:06:25
- ¡Pero ahora la uso yo!
- Ya nos apañaremos como podamos...
:06:28
- Como buenos hermanos. I -¡Fuera!
:06:30
¡Menuda caridad!
¡Está sin civilizar!
:06:33
¡Fuera, fuera, dejadme en paz, fuera!
:06:37
Os vais a enterar
si seguís importunándome.
:06:40
¡Fuera, ladronzuelos,
miserables inoportunos!
:06:44
¡Eh! ¡A qué esperáis, marchaos!
:06:47
¡Venid! ¡Fray Bernardo,
León, ovejuelas de Dios, vamos!
:06:56
¿ Y ahora a dónde vamos?
:06:58
Yo sé a dónde ir.