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que parecía desierta y abandonada.
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Al final del camino la
vista era preciosa...
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Un gran garage vacío
desaprovechado por suerte para mí.
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Un lugar perfecto para esconder mi coche
estropeado al que estaban persiguiendo.
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Había otro habitante
en aquel garage...
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un enorme coche
importado.
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Debió haber quemado
20 litros por kilómetro.
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Tenía matrícula de 1932.
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Supongo que fue el año en que los
propietarios se mudaron.
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Y también supuse que no podía
volver a mi apartamento...
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ahora que esos sabuesos
iban tras de mí.
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Pensaba ir a casa de Artie
y quedarme allí...
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Hasta que reuniera bastante para el
autobús a Ohio.
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Una vez de vuelta en Dayton, les escribiría
una postal a los de la compañía financiera...
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diciéndoles dónde podían
recoger el coche.
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Era una enorme
casa blanca...
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como las que construían esa loca gente
del cine de los locos años 20.
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Las casas abandonadas
tienen un aspecto triste.
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Esta desde luego lo tenía.
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Era como esa mujer
de Grandes Esperanzas...
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aquella Señorita Havisham con su ajado
vestido de novia y su velo hecho jirones...
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a la vista de todo el mundo
demostrando que había sido abandonada.
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¡Eh usted!
¿Por qué llega tan tarde?
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¿Por qué me ha hecho
esperar tanto?
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Entre, por aquí.