:41:20
Y entonces vino tu
"pájaro de verano".
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Hablas como el encargado
de un museo.
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¿Quizás podríamos besarnos?
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¿No crees?
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Si, claro.
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- Cerré la puerta.
- ¿Quien está allí?
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Es el tío Erland.
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Bueno, ahora me voy a la cama,
¡por Dios santo!
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Para. De otra forma lo
lamentarás mañana.
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Pobre tía Elisabeth.
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Ahora que tienes una querida.