Hans Christian Andersen
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¡Lubina, lubina! ¡Compren una lubina!
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¡Almejas frescas!
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¡Pescado!
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¡Pescado fresco!
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- ¡Compren ruibarbo! ¡Ruibarbo!
- ¡Salchichas, salchichas!

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¡Salchichas, salchichas!
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¡Hermosas flores!
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¡Vendo queso, mantequilla y huevos!
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- ¡Vendo queso, mantequilla y huevos!
- ¡Cómprenle el pan a Bertha!

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¿Me da media hogaza?
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- Cinco chelines.
- Gracias.

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Hans, ¿y si montamos aquí el taller?
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¿Aquí? ¿A qué esperamos?
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Soy Hans Christian Andersen,
el orgullo de los zapateros

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Permítanme que les muestre
un gran descubrimiento

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Los zapatos crujen,
rechinan y se quejan todo el día

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Aunque los zapatos no hablan,
si ponen la oreja

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Lo oirán claramente
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"¡Que Hans Christian Andersen
me remiende enseguida!"

:30:30
En Hans Christian Andersen,
sus pies tienen un amigo fiel

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Soy el médico
que sus dedos les recomendarían

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Si un zapato le hace daño,
me afano en ver dónde le aprieta

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Levanto el martillo, cierro un ojo
y, a veces, lo arreglo

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Y, a veces, me pillo el dedo
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- ¿Cómo se llama?
- ¡Soy Hans Christian Andersen!

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- Está detenido.
- ¿Detenido?

:30:55
Por desacato a la estatua del rey.
¡Atrapad al chico!


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