1:13:40
¡Enorme!
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- ¡Qué bien toca!
- Sí, ¡ahora a fregar!
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- No, yo lo haré.
- Es su trabajo.
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Lo haremos juntas.
¡Qué bien sonaba!
1:13:55
- ¿Qué melodía es?
- No lo sé.
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¿Qué estás haciendo?
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Este trabajo no es apropiado
para una hermana como usted.
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- Déjelo.
- Lo hago todos los días.
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¿Siempre duerme dentro?
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Hay espacio. Tengo una lámpara,
cerámica, como en una casa de verdad.
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Muy bien. ¿Le gusta viajar?
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- Es su trabajo.
- Nosotras también viajamos.
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Cada dos años tenemos que
mudarnos a otro monasterio.
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- Ya llevo dos.
- Y ¿por qué?
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Para no acostumbrarnos a cosas profanas.
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Si se permanece largo tiempo en un sitio,
empieza a gustarte
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y olvidas, lo más importante,
más que nada en el mundo, Dios.
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Ambas viajamos: ella sigue a
su Dios, yo al mío.
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- Sí, cada una sigue al suyo.
- ¿Le gustaría visitar el monasterio?