:21:03
y no quiero que te molesten.
:21:05
Nathan, cariño, eres el hombre
más considerado del mundo.
:21:11
- Pero ¿quién va a pagar el taxi?
- Yo, por supuesto.
:21:32
Sky Masterson.
:21:35
- Detroit.
- ¡Qué ven mis ojos! ¿Eres tú?
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- ¿Cómo va tu porcentaje de la vida?
- Nada mal, nada mal. ¿ Y la tuya?
:21:41
- Bien, de momento.
- Siéntate. Relájate. Hablemos.
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¿O tienes prisa?
:21:45
Mi padre decía que sólo hay un
momento en el que hay que darse prisa.
:21:49
Cuando los polis suben por las escaleras.
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¿Te apetece un café?
¿Quizá una tarta de queso?
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Gracias. Me alegro de oír
que te van bien las cosas, Nathan.
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Los comunicados
que recibimos en Las Vegas,
:22:00
decían que Brannigan
estaba presionando la ciudad.
:22:03
¿A quién le importa Brannigan?
:22:06
- ¿Qué tal en Las Vegas?
- Un paraíso durante dos semanas.
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Jugué en pastos verdes,
los dados eran mis primos
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y las muñecas eran agradables,
con dientes bonitos y sin apellidos.
:22:16
¿Seguro que no quieres
tarta de queso o strudel?
:22:19
No, gracias. Acabo de comer.
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- ¿Cuánto tiempo te vas a quedar?
- Una noche. Mañana voy a La Habana.
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Sky, no me quiero poner pesado,
pero hazte un favor y
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prueba este último bocado de tarta.
Me lo agradecerás.
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De verdad,
no puedo comer ni un bocado más.
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- ¿Cómo está Adelaide?
- Muy bien.
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Supongo que os casaréis un día de éstos.
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- Todos caemos tarde o temprano.
- Pero, Nathan, podemos resistirnos.
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La compañía de una mujer puede
ser agradable, incluso durante meses.
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Pero para una relación íntima
que dure toda la vida,
:22:56
ninguna muñeca
puede sustituir a los ases.