Elena et les hommes
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Debe responder
a la detención de Vidauban

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con un ultimátum.
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Me pone nervioso.
No me importan sus intrigas.

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¡Esto es ridículo!
Terminaré con esta farsa.

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Hay momentos
en la vida de una nación

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en los que un ciudadano debe anteponer
los intereses nacionales a los suyos.

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Sí. Tómeme, por ejemplo.
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¿Dónde está la princesa?
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¿Dónde está la princesa?
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Por todas partes.
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¡He tenido bastante!
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¿Bastante de qué?
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Henri, es usted injusto.
Debió decírmelo.

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Si fuese un amigo de verdad,
lo habría sabido.

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- Hay un modo de resolver esto.
- De acuerdo.

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Sólo piensan en ustedes.
La vida de Vidauban está en juego.

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- ¿General, me necesita?
- ¡Descanse, y piérdase!

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Se razonable.
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El general tiene
el amuleto, tú no.

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¡Veremos si ese
amuleto sirve de algo!

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Estoy lista, ilustrísima.
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Seguro que lo está.
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General, es Paulette.
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Su amiga.
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Está aquí.
:50:55
- Perdóneme la injerencia.
- Siempre es bienvenida.


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