:53:02
	Anda como una sombra.
Está nerviosa.
:53:04
	Ella espera una carta.
:53:07
	¿De quién? Tiene al esposo al lado,
no es el caso de nuestros soldados.
:53:10
	Ella no espera carta de nadie.
:53:16
	- ¿Va usted por la tarde a la escuela?
- Sí.
:53:33
	Por los cielos vuelan, como naves,
las grullitas felices...
:53:38
	Se me han pegado esos
versos estúpidos.
:53:42
	Ahí viene.
:53:44
	- ¿Quién?
- El cartero.
:53:47
	Si logro contar hasta 50,
tendré una carta.
:53:51
	- Uno, dos, tres, cuatro...
- No lo hagas, Verónica.
:53:56
	- Quince, dieciséis...
- Verónica, eso es una locura.
:54:00
	- Diecinueve, veinte...
- ¡Basta!
:54:10
	Cuarentisiete, cuarentiocho...
:54:13
	- Buenas.
- Buenas.
:54:17
	Para usted no hay nada.
:54:20
	Para usted hay...
:54:22
	- Lebedevaya.
- Soy yo.
:54:25
	¿Hay cartas para Paliukaytis?
- No.
:54:29
	Es del hijo mayor,
del segundo frente ucraniano.
:54:56
	Yo no conocí a Borís,
:54:58
	pero todos dicen que era un joven
inteligente, talentoso.