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-Esta noche no hay chicas de calidad.
-Es verdad, no es como antes.
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Cierto, eran de primerísima calidad.
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-Vaya, ¡mire en esa dirección!
-¡Qué criatura!
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Tiene un cuerpo interesante.
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Interesante, y curioso.
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Hasta luego, Charlie.
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-Mierda, vienen a buscarme.
-Es asunto tuyo, yo no sé nada.
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-Pero estoy perdido.
-Por la puerta trasera, ¡vamos!
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Ella se llamaba FranÇoise...
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pero yo la llamaba Frambuesa.
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Fue idea del aprendiz...
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que no sabía mucho, de aquí...
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esas ideas...
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Ella nos servía las bebidas.
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En un pasado del Maine y el Loire.
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Pero no fue Madelon.
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Ella tenía otro nombre...
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y desde el principio, no hubo duda...
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para quitarle el mentón.
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además, ella era de las Antillas.
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¡Qué humillación!
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Humillación y Frambuesa.
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Son los pechos del destino...
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por los que era ella de las Antillas.
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Están más cerca que las Caribeñas.
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Está más cerca que Carcas.
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¿ Está más cerca que Pézenas?
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No lo sé.
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Y siendo francesa...
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era también antillesa.
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Y aunque fuera francesa...
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y a pesar de sus ojos de ascua...
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Eso no me reconfortaba.
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El saber Antillés.
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Yo que seré sobre todo para...
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¡Qué humillación!
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Humillación y Frambuesa.
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Son los pechos del destino.
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Tenía pocas ventajas...
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para tener ventajas.
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Ella se apuntó...
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al instituto de belleza.
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En el Maine y el Loire podemos...
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ofrecer senos bonitos y rostros.