:24:12
Cámbiate de ropa y vuelve aquí.
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Esta bien, padre.
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En su niñez detecté una enfermedad
incurable de sus pulmones.
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Para salvar al niño,
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le transplante agallas de
un tiburón joven.
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Esta arriesgada operación
tuvo éxito.
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Entonces comencé a pensar en
la creación de la república submarina.
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Salvador, inclino la cabeza ante
sus manos geniales.
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Pero, su idea sobre una república
submarina es una utopía.
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Allí volverán
a aparecer pobres y ricos.
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Eso ya lo leí en su periódico.
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Supongamos que usted transplante
agallas a todos los que lo deseen.
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Pero las personas no dejan
de ser seres humanos.
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Ellos van a echar de menos
de volver a la tierra.
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La discusión ha terminado, Olsen..
:25:26
No tengas miedo, es mi amigo Olsen.
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Dígame usted...
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¿Usted no echa de menos a la gente,
a la tierra?
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Hoy usted se ha enterado de mucho más
de lo debido.
:25:42
Y recuerde, ¡No diga a nadie ni
una palabra!