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¿Por qué viniste aquí?
¿Acaso Aetes te envió?
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Vine a pedirte que renuncies
a tu búsqueda...
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y zarpes con los Argonautas en paz.
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Y que no regreses jamás.
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¿Que nunca vuelva a pensar
en el vellocino de oro?
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Nunca.
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Entonces fue Aetes.
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Dile que cumpliré la tarea
que me confiaron los dioses...
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y que jamás traicionaré
a los Argonautas...
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no importa lo que me ofrezca...
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incluso si es Medea,
la gran sacerdotisa de Hécate.
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Por favor...
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olvida el vellocino de oro.
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Temo por tu seguridad.
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Si estás decidido a seguir adelante...
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debo ir contigo.
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lré solo.
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Tengo que ir contigo.
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Ya no tengo un país.
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Y te amo.
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Cástor, Falerus, Demetrio,
vayan a la puerta.
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El resto de ustedes,
retomen sus lugares.
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- La sacerdotisa.
- Argos. Escucha a Medea.
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Cuando estén lejos del palacio,
vayan a la nave y remen corriente abajo.
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Hay una brecha en el peñasco
y un sendero que atraviesa el bosque.
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Echen ancla ahí.
Nosotros los alcanzaremos.