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No, espera.
Mejor, un Bentley blanco.
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Es más elegante.
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Un chófer todo de blanco
se baja a abrir la puerta.
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De dentro sale
una estrella clásica y elegante
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como... Marlene Dietrich.
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Yahora ella...
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Puntos suspensivos.
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Entra en la boutique
con paso majestuoso y...
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Déjalo. No tiene sentido,
pero a Alex le encantaría.
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Podría llevarse el Bentley
y luego se lo cargaría a la película.
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- ¿Cómo dices que te llamabas?
- Gabrielle Simpson.
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- ¿Cuánto llevas en París?
- Dos años.
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Y viniste a escribir.
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Bueno, también,
pero sobre todo para...
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No sé cómo decirlo.
Para vivir.
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¿Para vivir?
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¿Te importaría...?
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Decías
que viniste a vivir.
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Sí. Los primeros seis meses,
me especialicé en perversión.
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¿En serio?
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Sí. Nunca me acostaba
antes de las ocho de la mañana.
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No sabes los cafés negros tan malos
que me tomaba.
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Como no bebía entonces,
me costaba meterme de lleno en ello.
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La perversión puede ser un muermo
sin beber ni fumar.
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Pero hay que probarla
para madurar.
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¿Y el chico que vas a ver el Día de
la Bastilla forma parte del proceso?
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No, sólo es un amigo.
Un joven actor nuevo.
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¡¿Un actor?!
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Ewww...
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Qué relación más trágica
para empezar.
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Espero que no sea un actor del método
Stanislavski que musita y se para,
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destruyendo así el ritmo impecable
de la prosa del autor.
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No, es un poco intenso,
pero muy divertido.
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Sí, ya. Bueno...
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Y tú y ese... actor, ¿qué pensáis
hacer el Día de la Bastilla?