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Está en el Cielo, en paz, si es
que algún hombre llegó allí.
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Tuvo una hermosa muerte...
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...se fue como un niño
recién bautizado.
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Se fue entre el mediodía y la 1.
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Cuando la marea bajaba.
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Cuando le vi jugar de forma
infantil con las flores...
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...y manotear sus sábanas,
comprendí que iba a morir...
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...pues su nariz se le afilaba y
deliraba sobre campos verdes.
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Le dije: "Hola, sir John,
vamos, hombre, alegraos."
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Y él exclamó tres o cuatro
veces: "¡Dios, Dios, Dios"!
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Para calmarle, le rogué que
no gritase a Dios...
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...pensé que no era momento aún
para prepararse para ese trance.
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Me pidió que le pusiera mantas
en los pies...
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...metí la mano dentro de la
cama y los toqué...
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...estaban fríos como el mármol.
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Le toqué también las rodillas
heladas, luego más arriba...
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...y luego más arriba, todo él
estaba tan frío como el mármol.
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- Y pedía vino a gritos.
- ¿ Y mujeres?
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No.
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Eso no pedía.
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Decía que el diablo se lo llevaría
por culpa de las mujeres.
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Algo sí sobó a las mujeres,
eran su debilidad.
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Y un día que le vio a Bardolph
una pulga en las narices...
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...dijo que era un alma
quemándose en el fuego.
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El combustible que mantenía
ese fuego se ha ido.
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La amistad es la única riqueza
que conseguí en su servicio.