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¿No te molesta la humedad?
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Siéntate, siéntate.
No, querida, no te levantes.
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Ven. Siéntate.
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Teresina, quita los pimientos.
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¿Qué hacéis con los pimientos?
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Prepararlos para el invierno.
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Ensartados.
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Una sarta de pimientos.
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Qué buena ama de casa eres.
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Yo soy un desastre.
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¿Por qué seré así?
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Me siento desarraigada, a la deriva.
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Para ti no tiene importancia.
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Pero si yo fuera capaz de hacerlo
quizá me sentiría sana.
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Vamos, Teresina.
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Por lo visto hoy nadie
piensa en el almuerzo.
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¿Te quedas, Val?
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Teresina, despierta.
Son casi las doce.
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¿Qué? ¿Las doce?
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Tenía una cita a las once con
Raniero en la plaza de España.
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Ya le conoces. Si llego tarde
enseguida protesta.
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Adiós, tesoro.
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Me voy. Te espero a las cinco.
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¿Dónde me esperas a las cinco?
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¿No te lo he dicho? Pero si
he venido sólo para eso.
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Esta tarde ven con nosotros.
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No digas que no. No puedes faltar.
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¿Dónde?
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Bhisma. Actúa a las cinco. Sólo
dos días.
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Viene a Europa cada siete años.
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En América tiene muchos seguidores.
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Círculos, escuelas, clubs...
es una ocasión excepcional.
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- ¿En serio?
- Espera.
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Es único. ¿No conoces
sus experimentos?
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- Ni una palabra.
- Giulietta, ¿en qué mundo vives?
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Es un vidente extraordinario.
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El hombre-mujer que encierra en
sí el secreto de sus dos sexos.
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Es un oráculo.
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Puede cambiar el sino de tu vida.
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- ¿Es indio?
- Indio, chino, tibetano, ¿qué importa?
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Bhisma es el mundo.
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Adiós, tesoro. No dejes de ir.
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Son citas del destino a las que
no se puede faltar.