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sólo para examinar la situación,
naturalmente
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¿Señor Alfonso Van Worden?
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Unos brutos de rudos modales
le están esperando por allí.
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¿La Inquisición?
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Si.
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¿Por qué está aquí la Inquisición?
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¿No se dieron cuenta
de que vos no erais Van Worden?
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Probablemente no,
ya que me asaltaron.
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Eso es lo que dictaría la lógica.
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¿Y ahora qué?
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Cabalgaréis hasta mi castillo, señor,
a unas millas de distancia.
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¿Tenéis un castillo en la comarca?
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No lo mencionasteis.
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Eso prueba la belleza de la modestia.
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¿Y si me encuentran?
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Ellos no pueden entrar en mi castillo.
Tomaremos el camino más corto.
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Si yo también pudiera aprovecharme
de vuestra hospitalidad,
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podría albergar la esperanza
de pasar una noche tranquila.
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Conociendo al señor cabalista,
sé que no le negará el refugio.
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Si, por supuesto.
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Gracias.
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Tendré tiempo de reconsiderar
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todo lo que me está ocurriendo.
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Eso puede hacer que una persona
inexperta se vuelva loca.
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La mente humana está preparada
para aceptar cualquier cosa,
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si se usa con sabiduría.
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Fin de la Primera Parte
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Manuscrito encontrado en Zaragoza
Segunda Parte