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que repugna directamente...
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a la ley de Dios y a su Santa Iglesia,
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cuyo supremo gobierno,
ninguna persona temporal,
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por muchas leyes que dicte, puede asumir.
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Esto se confirió...
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por boca...
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de nuestro salvador, Jesucristo,
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a San Pedro y a los obispos de Roma
mientras vivía...
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y estaba en persona...
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aquí en la tierra.
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Es, por tanto, insuficiente una ley...
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que obligue a los cristianos a obedecerla.
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Y más aún,
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la inmunidad de la Iglesia está prometida
tanto en la Carta Magna...
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como en el juramento
de coronación del rey.
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¡Ahora vemos claramente vuestra malicia!
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No es así.
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Soy fiel súbdito del rey...
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y rezo por él y por todo el reino.
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No hago daño a nadie.
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Ni hablo mal.
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Ni pienso mal.
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Y si esto no es suficiente
para dejar a un hombre con vida,
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entonces no deseo vivir.
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Sin embargo,
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no es por esa supremacía
por lo que me quitáis la vida,
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¡sino porque no me inclino
ante ese matrimonio!
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Habéis sido declarado culpable
de alta traición.
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La sentencia del tribunal
es que seáis llevado...
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a la Torre de Londres...