:28:48
¿ Café?
:28:50
No me vendría mal. Nada mal.
:28:59
Nunca sabes si está ahí.
Qué callada es, ¿ verdad?
:29:06
Una vez tuve una mujer callada.
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Por fuera era
tranquila como un domingo.
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Pero por dentro
era salvaje como un risco.
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Cualquier día vuelvo por allí.
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- ¿Dónde está?
- En Sonora.
:29:20
- Estuve allí una vez.
- ¿ Una vez?
:29:23
- ¿No volviste?
- ¿Por qué?
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Porque hay diez mujeres
por cada hombre en Sonora.
:29:30
Te lo digo yo. Una noche
me pasé por la piedra a la mitad.
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Y habría podido con todas
de no ser por un calambre en la pierna.
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Yo domaba caballos a este lado
de la frontera y los vendía en Deming.
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Aunque buena parte de ellas
eran sólo chicas alegres,
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tal como yo lo veo,
una mujer es una mujer.
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¿No es cierto, Frank?
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Hablas demasiado, Colbee.
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¿Desde cuándo puede un hombre
hablar demasiado sobre mujeres?