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¡Dios mío!
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¿Estás bien?
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Corrí a casa de la tía Pennybegger
y me dio posada.
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- ¿No te lastimaron?
- Me golpearon en la cabeza.
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Eso fue todo.
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Atacaron a la gente
del condado de Santa Ana.
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Mataron a algunos,
y los quemaron.
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- Será mejor que descanses.
- No tengo tiempo.
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No sabía si estabas vivo o muerto.
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No pude regresar,
por si estaban esperando.
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Lo sé.
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Los caballos están en los matorrales.
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Ella es Ruth.
Ruth, el predicador.
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Para servirle, señora.
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Siéntense.
Les traeré algo de comer.
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¿Dónde podemos conseguir caballos
por aquí?
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Elías Pennybegger tiene caballos.
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Podemos confiar en ellos.
Ella es mi amiga.
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¿Cuántos caballos necesitan?
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Al menos uno para ti.
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Tienes que venir. Ya estuvieron aquí.
Pueden volver.
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- ¿Aún te persiguen?
- No todos. Algunos han muerto.
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Ocho, para ser exactos.
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¿lremos al norte, como habíamos dicho,
a Canadá?
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No, no podemos.
Aún no.
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¿Por qué no?
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¿Adónde vamos?
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Hiciste Io que pudiste en este lugar
y todo acaba en Ilamas en una tumba.