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y todo lo demás os vendrá dado.
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¿ Qué está diciendo?
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- ¡ Eso es de San Mateo!
- ¿ Cómo se atreve a predicarnos?
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No almacenéis
vuestro tesoro aquí en la tierra,
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donde la herrumbre y las polillas
lo devoran y los ladrones lo roban.
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Almacenad vuestro tesoro en el cielo,
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donde no hay herrumbre,
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ni polillas,
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ni ladrones que lo roben.
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Pues donde esté vuestro tesoro...
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...estará también vuestro corazón.
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- ¡Ya es suficiente!
- ¡ Detenedlo!
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- ¡ Fuera! ¡ Llamad a la guardia!
- ¡ Blasfemo!
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¡ Fuera! ¡ Fuera!
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¡Qué poca fe tenéis!
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Ningún hombre puede servir a dos amos
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porque odiará a uno y amará al otro.
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¡ Demostrará su aprecio por uno
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y su desprecio por el otro!
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No se puede servir a Dios
y al dinero al tiempo.
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¡ Francisco!
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Pablo.
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Perdóname.
Te has molestado mucho.
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- Tú también.
- ÉI no. No está con nosotros.
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- Pablo, dile que no estás con nosotros.
- Díselo.
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Estoy con ellos.
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¡ Entonces ve con ellos! ¡Silencio!
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¡Andando!
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Su Santidad, lo siento muchísimo.
Perdonad este ultraje.
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Nos dijeron que se trataba
de un humilde grupo de eremitas.