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El siguiente objeto es
mucho más incriminatorio.
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Seguro que sus institutrices
le enseñaron este acertijo.
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Somos dos hermanos
que grandes pesos Ilevamos
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y a ellos nos apretamos.
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Todo el día Ilenos vamos,
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y vacíos descansamos.
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¡Me lo sé, me lo sé!
Un momento...
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Llenos de día, y vacíos...
¡Los zapatos!
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En este caso,
un zapato negro de señora.
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El otro está aún
en el pie de Taya.
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¡Pobre Taya!
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Pobre Taya, ¿ eh?
Eso está bien.
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Es la primera señal de pena
desde que supo de su muerte.
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Aquí no lo pondría.
Ni arriba, entre los de Marguerite.
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Es demasiado obvio.
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Tanto dolor me conmueve.
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Es usted la sal de la tierra.
¿ Sabe, AndreW?
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Eso era una pista,
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por si le interesa.
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¿La sal de la tierra?
Tierra. Sal. Sal y pimienta.
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Salitre... agua salada...
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Mina de sal...
¡En el sótano!
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Está verdaderamente
ex citado, ¿ eh?
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A pesar de que en este juego
se juega la vida,