:13:02
A mí me veía violeta.
:13:08
A papá, negro.
A ti, Constantino, ¿de qué color?
:13:13
No me acuerdo.
:13:17
Me interesaría saber padre, si...
-No es posible que no te acuerdes.
:13:20
¡Celeste!
Para mí Constantino es celeste.
:13:24
No, celeste no. El celeste es el
color de la felicidad, decía Fulvio.
:13:32
Pero creo que nunca consiguió
ver a nadie de ese color.
:13:36
A él le veía verde, verde col.
:13:42
¿ Y él, mamá?
¿El tío de qué color se veía?
:13:46
-De oro. Siempre grandioso él.
-Amarillo, quieres decir.
:13:50
No, oro.
:14:01
Quiero a mi hermano.
:14:05
Dígale que vuelva,
ya hablaremos del perdón.
:14:08
Necesitamos a todos para reconstruir
el país. lncluso a los músicos.
:14:13
Y Fulvio era un buen violinista,
decían.
:14:17
Veremos si, al menos así,
tocando, tiene éxito.
:14:22
Podría traer también a su hijo,
¿ verdad?
:14:25
-Sí, que lo traiga.
-Entonces tengo un primo.
:14:28
¿Por qué no me lo habíais dicho?
¿Dónde está?
:14:32
-Lejos de aquí.
-¿Con el tío?
:14:36
No está con el tío.
:14:39
Escucha, Fulvio. Los que son como
tu tío han tenido que renunciar...
:14:43
por sus ideas, las cuales conocerás
y juzgarás cuando seas mayor,
:14:49
incluso a estar con sus hijos.
:14:59
Concetta, ¿qué pasa?
Habla y cierra la puerta.