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Y yo insisto en la necesidad
de mi sueño de belleza.
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- ¿Desea un coñac?
- Sí, gracias.
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¿Desea que confiese el asesinato
de cómo era que se llamaba?
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Al contrario, soy yo quien desea
realizar una confesión.
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Es un halago saber que ha leído
acerca de mi...
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...y me permito devolverlo diciendo
que he leído sobre usted.
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Recuerdo que Ud. Era la madrina
de la Sra. Armstrong, madre de Daisy.
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¿Cómo se convirtió en su madrina?
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Era amiga y admiradora de su madre,
la gran actriz Linda Arden.
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- ¿Por qué ha traído esas dagas?
- ¿Es esa una cita o una pregunta?
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Una cita. La vi dos veces hacer
de Macbeth en Londres.
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- La mejor actriz trágica de su tiempo.
- ¿Fue? Todavía vive, con certeza.
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No ha muerto, pero no vive.
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- ¿No era que tenía una hija menor?
- Sí, pero no recuerdo su nombre.
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- Siempre estaba en el colegio.
- ¿Qué sucedió con ella?
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Se casó con un turco o algo así.
Nunca hablamos de ello.
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- ¿Conoce su apellido de soltera?
- Se llamaba Greenwood.
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¿Le importa que la inoportune
un poco más?
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¿No tenían los Armstrong
una secretaria?
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- Por supuesto.
- Y, ¿cómo se llamaba?
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Se llamaba...
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...Srta. Freebody.
- Y, ¿no tenían un guapo chófer?