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el deseo que todos alimentamos...
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desde que un ignominioso dictado...
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nos ha separado
de nuestra amada Patria alemana.
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¡Queremos ser parte del Reich!
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¡Heil! ¡Heil! ¡Heil!
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¿Qué estado libre es éste
que generosamente nos han otorgado?
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Como piojos en el pelo,
nos han colocado a los polacos...
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en la región portuaria
y en la Westerplatte.
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Y en medio de
nuestra amada ciudad antigua...
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nos han puesto como regalo
una oficina de Correos polaca.
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¡Gracias por el regalo!
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Nosotros los alemanes,
ya teníamos oficinas de Correos...
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cuando los polacos aún no tenían
nada que decirse por carta...
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Nosotros les enseñamos a escribir.
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Y ahora,
queridos y queridas camaradas...
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saludemos a nuestro invitado
del Reich...
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enviado a nosotros
por el Führer.
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¡El Camarada Albert Forster
acaba de hacer su entrada!
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¡Sig Heil! ¡Sig Heil!
¡Sig Heil!
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¡Heil!