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Es usted un macho cabrío, señor.
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Y tu mi corderita.
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me pondré de espaldas.
Estoy sudando demasiado.
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Comí y bebí demasiado.
- ¿No está mal?
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¡Para nada! Me siento como una
pastelería en llamas.
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¿O debería decir como un café?
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¿mal? ¿Cuando estoy con un bocadillo
tan sabroso?
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Siéntate frente a mí.
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¡oh, es imposible con usted!
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Cabalga un caballito al cruce de
Banbury
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para ver una dama con un corcel
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¡Qué glorioso rato estamos pasando!
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- ¡Por Dios, como bombea tu corazón!.
- Tengo un corazón espléndido.
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Ahora me tendrás que dar una
nueva cama.
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Tendrás un café, un apartamento,
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hermosos muebles y una gran cama.
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- Y ropas hermosas.
- Nadie será más bonita.
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Serás la querida de Gustav Adolf,
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y te vendré a ver
los miércoles y sábados a las 3:00.
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Que tonto eres.
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- ¿Qué?
- Dije que eres tonto.
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- ¿Por qué?
- Eres un real cabeza hueca.
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¡No soy un cabeza hueca!
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Lo eres, por imaginar que quiero
algo de ti.
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¿No quieres nada?
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¿no ves que estaba bromeando?
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¿Bromeando?
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¿En qué sentido?