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Pero hay una tercera vía. Tome
échelo un vitazo.
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Es justo que se lo digamos, Y sea
él quien decida.
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No debió haber aceptado este caso.
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Tenía que hacerlo. Tenía que hacerlo.
Es un chico estupendo.
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Le dije que cediera en su actitud,
que los gestos eran inútiles.
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Una actitud como la suya...
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quizá sea necesaria
y no sólo para él.
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Queremos ser mejores, pero no
sabemos cómo hacerlo,
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alguien tiene que enseñarnos.
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¿Qué somos nosotros?
- ¿Los defensores?
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Sí, es convincente.
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Todos los delincuentes que he
defendido querían quedar libres,
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y ahora aparece un inocente
que no...
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Después de 45 años como abogado hace
que me plantee la pregunta:
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¿A quien demonios defendemos?
¿Qué o a quien defendemos?
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Nos llamamos los dos igual.
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Ya me he dado cuenta de eso.
- Sí.
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Hay que decirle que su esposa está
bien
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y que han admitido a la niña
en la guardería.
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Y que... recibirán ayuda.
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Para que esté tranquilo.
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¿Quién se lo va a decir?
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¡Qué pregunta! Usted.
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Esta bien. Pero tendré que
decírselo como lo siento.