:42:03
Cuando oí que había llegado
un clérigo al pueblo...
:42:06
me imaginé a un nativo del este, escuälido,
pälido, golpeando la Biblia en el sermón,
:42:11
con un pañuelo de lino
y pulmones enfermos.
:42:14
Mi vivo retrato.
:42:17
Ni de lejos.
:42:19
A su salud.
:42:22
Se me ha ocurrido que para un hombre
de fe debe de ser difícil...
:42:26
llevar el mensaje de Dios
con el estómago vacío, por así decirlo.
:42:29
He pensado...
:42:30
¿por qué no invitar a ese humilde
y devoto hombre a predicar en el pueblo?
:42:36
¿Por qué no dejar que el pueblo
sea su parroquia? De hecho...
:42:39
¿por qué no construirle una nueva iglesia?
:42:44
Entiendo que una oferta así puede
resultar muy tentadora para un predicador.
:42:48
Ya lo creo.
:42:51
Enseguida estaría pensando
en comprarse una pila de ropa nueva.
:42:56
Se la haríamos a medida.
:42:58
Después empezaría a pensar
en la colecta del domingo.
:43:01
Demonios, en un pueblo tan próspero
como LaHood, ese predicador sería rico.
:43:06
Por eso no funcionaría.
:43:09
Nadie puede servir a dos señores.
A Dios y a las riquezas.
:43:25
Yo creé este condado.
:43:27
Convertí este pueblo en lo que es.
:43:29
Creé puestos de trabajo e industria.
:43:31
Construí un imperio
con mis propias manos.
:43:35
Y nunca le pedí ayuda a nadie.
:43:38
Esos colonos ilegales, padre,
son un obstäculo para el progreso.
:43:43
¿AI progreso de quién?
:43:47
Mire. ¡Mire esta orden!
:43:50
Acaba de llegar de Sacramento, me da
los derechos mineros de todo el cañón.
:43:56
Es poco probable. Si tuviera esos derechos,
ya los habría ejercido.