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Hoy es mi cumpleaños.
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Después de la misa,
están invitados a beber algo.
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No podemos controlar
el día en que nacemos.
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Hermanos,
me alegra de verdad...
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..verlos a todos reunidos
en nuestra pequeña iglesia.
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Todos los párrocos...
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incluyendo a un grupo
de intelectuales...
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que observan la Santa Misa
desde la terraza de la cafetería.
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No diré el nombre.
Es nuestra única cafetería.
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Tampoco los nombraré a ellos.
Todos los conocen.
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Esto debería darles vergüenza...
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..de no ser por su cinismo.
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Con las manos juntas
y los ojos húmedos...
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..hoy están llenos de fe
y arrepentimiento.
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Pero Dios sabe que están aquí
porque dejó de correr su manantial...
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..y sus plegarias son solo
por sus judías...
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..sus oraciones, por sus tomates,
los aleluyas por sus alcachofas...
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..y los hosanas, por calabazas.
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Tengo que hablar seriamente
acerca del manantial.
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Constantemente me hago
la misma pregunta.
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¿Por qué...
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.. toda esa agua,
tan abundante hasta ahora...
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..se ha secado repentinamente
cuando más la necesitamos?
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Una vez leí una tragedia griega
acerca de la ciudad de Tebas...
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a la cual azotó una terrible plaga...
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..debido a los crímenes
cometidos por su rey.
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Así que me pregunto...
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"¿hay un criminal entre nosotros?"
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No es imposible...
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..ya que los peores crímenes
con frecuencia eluden a la justicia.
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¡Pero Dios sabe que ocurrieron!
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Ahora, le hablo a este
desconocido criminal,
si es que existe.
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A él le digo...