Pelle erobreren
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Y que Dios nos...
- ¿Tiene lo del hombre...

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...cuyos hijos le bajaron
los pantalones?

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¿Noé?
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Sí, eso es Noé. El viejo Noé.
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¿Qué bebía el viejo Noé?
- Vino.

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¡Vino! Debió de ser un hombre rico.
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También estaba...
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...la de ese hombre diabólicamente
listo. ¿Cómo se llamaba?

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Laban.
- ¡Laban!

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Sí claro, por supuesto, era Laban.
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Laban, Laban, era su nombre.
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¿Cómo era?
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¿Se podían tener dos mujeres
en aquella época?

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Está bien. No te molestaré más.
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Los grandes profetas...
¿Cómo se llamaban?

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A ver...
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Isaías, el otro Daniel..., y ya está.
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Los recuerdo.
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Si quieres preguntarme los profetas...
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Bueno, dímelos.
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Pero deja de leer, porque
si no te perderás.

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Sólo hay cuatro grandes.
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Isaías.
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Vamos, papá.
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Lo primero que necesito
es concentrarme.

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Isaías, Daniel...
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Me he acordado de ellos hace un
minuto, ¿A dónde han ido?

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Isaías...
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...Daniel...
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No me acuerdo, Pelle.
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Isaías...
- ¡Esoy muy viejo!

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Daniel...
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Isaías..., Daniel...
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Jesús.
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¡No, Jesús no! Claro que no.
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Isaías, Daniel...
- Tenían unos nombres diabólicos.

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Se trababa la lengua al nombrarlos.
- Inténtalo, papá.

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Isaías.
- Isaías.

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Daniel.
- Daniel.

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Ezequiel.
- Ezequiel.


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