Mujeres al borde de un ataque de nervios
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:08:11
Sr. Salcedo,
vaya al teléfono por favor.

:08:16
Ya era hora.
Te esperan en la siete.

:08:18
¿Me llamó otra vez Iván?
:08:19
No. Ay, olvídalo ya, chica.
:08:22
Estoy en ello.
:08:24
Pero dame tiempo,
si no te importa.

:08:25
Y corta la megafonía.
:08:27
¡Oye, dame ese papel!
¡Dame ese papel!

:08:47
- Perdón a todos.
- Bueno, vamos.

:08:54
Arturo, ¿aceptas...
:08:56
a Eugenia como esposa...
:08:58
y prometes serle fiel,
en las alegrías y en las penas...

:09:01
en la salud y en la enfermedad,
todos los días de tu vida?

:09:03
Sí, creo que quiero.
:09:08
¿Y tú, Eugenia? ¿Eugenia?
:09:11
Dígame, padre.
:09:13
¿Quieres a Arturo por esposo?
:09:15
Claro que quiero.
Cómo no voy a querer.

:09:19
Lo que Dios ha unido,
que no lo separe el hombre.

:09:22
¿Podemos besarnos ya, padre?
:09:25
Hija mía, no debes confiar
en ningún hombre.

:09:28
¿Ni en mi marido siquiera?
:09:30
No. Toma. Toda precaución es poca.
:09:33
Bueno, ya está.
Lo voy a controlar enseguida.

:09:36
Pasa ya la proyección.
:09:37
- Tú vas a ensayos, ¿verdad?
- Gracias.


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