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Sí, te escucho.
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Que f¡rme la carta un notar¡o.
Dásela al Padre Bob.
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Hazlo o Io lamentarás.
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Tendrás la carta.
No les hagas daño.
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Son nuestros.
Nuestras v¡das están en ellos.
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Tú escr¡be esa carta.
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M¡s h¡jos.
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Los parí con dolor.
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Mast¡qué su com¡da para ellos.
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Estoy escandal¡zada.
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Me ultraja la ¡nsolenc¡a
mascul¡na.
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No respetan a las mujeres.
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No creo que esos hombres
conoc¡eran el amor de una madre.
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S¡ te enseño un bebé
ases¡nado por una bayoneta...
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...y d¡go que es su karma...
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...podemos Ilorar por el bebé...
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...por el karma del bebé y el karma
malo del soldado que le mató.
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Pero nuestra emoc¡ón
no debe serv¡r...
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...para negar la rueda de la
reencarnac¡ón que causó ese acto.
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Es tan natural como...
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...el mov¡m¡ento...
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...del sol...
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...y la luna.
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Maestro...
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...¿cómo dec¡rle que debemos ser
am¡gos del alma...
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...s¡n ser mar¡do y mujer?
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Ha creado para sí m¡smo
mucha deuda del alma.
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Pero s¡ no le das la oportun¡dad...
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...de red¡m¡rse...
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...sóIo aumentarás la deuda
de tu prop¡a alma.
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El od¡o al hombre...
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...que te c¡ega...
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...cegará a los hombres que
conozcas en una v¡da futura.