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...pensamientos nostalgicos de casa...
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...me aprietan el corazón.
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Por hablar de la vida después
de la muerte de mi abuelo...
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...fue una lamentable
infancia para mí.
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Los vecinos que lo sabían,
simpatizaban conmigo...
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...por ser maltratado gravemente
por mi madrastra.
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Afortunadamente, el
señor Li de Jiuding...
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...por alguna razón se dió cuenta
de que tenía talento teatral.
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Por aquel entonces a su compañía
de marionetas le faltaba un titiritero...
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...así que vino a nuestra casa
a hablar con mi padre.
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Mi padre dijo, "Sí, puede ir,
pero ¿cuál es el trato?"
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Quince dólares al año
para mi padre...
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...con un extra por cada
representación.
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Mi padre se figuró que estaba bien...
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...así que cogió los 15 dólares...
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...y yo me marché a las colinas.
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Actué para el señor Li
durante un año.
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En ese momento había dos
compañías en Jiuding,
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...la del señor Li...
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...y la del Maestro Onglai.
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Onglai vino a verme actuar
y pensó que lo hacía muy bien.
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Antes de que finalizase
mi año de contrato...
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...fue a Taipei a reunirse
con mi padre.
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Dijo que le daría a mi padre
30 dólares al año.
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Mi padre se alegró de que
el precio se doblase.
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¿Y qué podía decir yo?
Él era un hombre estricto.
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De modo que, en contra de mi deseo,
me cambié a la compañía de Onglai.
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Qué extraño era. ¡Su compañía
ni siquiera tenía un nombre!
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Puesto que la compañía actuaba...
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...en las montañas todos los días...
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...la llamábamos Panorama Montañés.
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Cada día, tras comer, nos sentábamos
allí mirando fíjamente a las montañas.
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Alguien viene hacia nosotros.
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¡Escupiré el vapor venenoso
para someterle!