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Viendo al Presidente, me pregunté
por qué alguien como tú...
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...arriesgaría la vida para salvarlo.
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Qué trabajo tan extraño.
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No puedo decidir si
es heroico o absurdo.
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¿Por qué alguien como tú
arriesgaría la vida para matarlo?
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¿Aún no tienes un
análisis psicológico mío?
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No creo en ellos.
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Yo tampoco. Las acciones son más
que la suma de lo psicológico.
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- Así no funciona.
- ¿Y cómo funciona?
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No funciona, Frank.
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Dios no castiga a los
malos y premia a los buenos.
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Todo el mundo se muere.
Algunos porque se lo merecen.
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Otros simplemente por
haber nacido en Miniápolis.
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Sucede al azar y sin sentido.
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Si nada tiene importancia,
¿para qué asesinar al Presidente?
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Para romper la monotonía.
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Me parece que te hace
falta tener sexo, Booth.
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Tú eres como yo. Nómbrame algo en
la vida que te parezca importante.
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- Toco el piano.
- Eso no basta.
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¿Cómo sabes? ¿Sabes tocar?
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Te he visto solo en el bar.
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No hay ninguna causa que valga la pena.
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Sólo nos queda el juego.
Yo a la ofensiva...
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...tú a la defensiva.
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¿Cuándo empezamos el partido?
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El reloj está marcando, Frank.
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Cuídate.
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Espera. ¡Espera, Booth!
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¿Frank? Volvió a tapar
la línea. Lo perdí.
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¡Carajo!
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Condenado.