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Si ella es infiel...
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...de sí se burla el cielo.
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No quiero creerlo.
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Célala, moro, ni un punto
dejes de guardarte.
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Burló a su padre...
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...y bien podría engañarte.
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Mi ponzoña ya empieza a obrar
del moro en las entrañas.
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Veneno son las pérfidas sospechas.
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En un principio,
ni al paladar ofenden...
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...mas, filtrando
luego por la sangre...
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...abrasan como cráteres de azufre.
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Lo dicho:
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¡Vedle!
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Ni adormidera, beleño,
ni mandrágora...
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...ni todos los zumos
soporíferos del mundo...
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...podrán proporcionarte
el dulce sueño...
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...que disfrutaste ayer.
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¡Mi general!
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¡Aparta!
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¡Ve!
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Me has puesto tú en un potro.
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Vale más ser engañado del todo
que abrigar sólo una duda.
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¿Qué es esto?
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¿Qué me importaban a mí
sus ratos de lascivia oculta?
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Yo no lo veía, no pensaba en ello,
no me dolía nada.
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Ni en sus labios
noté de él los besos.
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Me dan esas razones honda pena.
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Feliz pudiera ser
aunque la hueste entera...
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...gozado hubiese de su cuerpo,
con tal de no saberlo.
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¡Ora, por siempre...
adiós, quietud del alma!