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...no me indujera la vanidad
que el mundo encierra.
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Por Dios calmaos.
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Él es así:
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Le enfadan los negocios
del Estado y os riñe a vos.
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-Ojalá. Mas temo...
-Pues no es más que eso, creedme.
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¿Oís las trompas?
Nos llaman al festín.
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Sin duda aguardan
los nobles mensajeros de Venecia.
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Entrad y no lloréis...
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...que para todo
remedio al fin habrá.
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-¿Qué tal, Rodrigo?
-Creo no obras lealmente conmigo.
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-¿Por qué?
-No pasa día en que no me engañes.
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No lo aguanto más.
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Y no deseo aguantar en silencio
lo que he sufrido como un tonto.
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¡Óyeme!
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Tus palabras no corren parejas
con tus obras.
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-Me culpas injustamente.
-¡Con la verdad!
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Me presentaré en persona a Desdémona.
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Si quiere devolverme mis joyas,
renunciaré...
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...a su conquista y me arrepentiré
de mis ilícitas esperanzas.
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Y si no...
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...ten por seguro que exigiré
satisfacción de ti.
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¿Era eso lo que tenías
que decir?
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Y no he dicho nada que no esté
resuelto a abonar con mis obras.
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Vamos...
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...ya veo que tienes
esfuerzo y brío...
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...y desde este instante he de tenerte
en más estimación que nunca.