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¿Asustarse de qué?
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¿Cuántos tios presentes eligen a George?
Sean honestos, sean hombres.
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Decid la verdad.
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John, levanta la mano.
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¿Eliges a George?
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Tú eliges a George. Di la verdad.
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¡Tú! Sí, tio tú.
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¿No elegis? Sólo quiero saberlo.
Tú eliges a George.
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El momento de decir adios ha llegado
para Muhammad Ali,
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porque, muy honestamente, no creo
que pueda vencer a George Foreman.
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Howard Cosell, dijiste a todos que
no tengo ninguna posibilidad.
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Diles que no tengo nada
pero tengo una oración.
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Y todo lo que necesito es una oración
porque si ésta llega al hombre adecuado
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no sólo George Foreman caerá,
todas las montañas caerán con él!
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Quizás pueda hacer un milagro,
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¿pero contra George Foreman?
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¿tan joven, tan fuerte, tan intrépido?
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¿Contra George Foreman,
que elimina a sus adversarios
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uno tras otro
en menos de tres asaltos?
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Para mí es difícil que
Ali pueda implorar eso.
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Tú siempre dices "Muhammad, no eres
el mismo que eras hace 10 años".
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Le pregunté a tu mujer
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y ella me dijo que tu no eres
el mismo que hace 2 años.
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Después del combate
sospecho que Ali se retirará.
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Y a lo largo de todos estos años
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el recuerdo que me quedará de él
será el de un luchador,
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y como el estraño y curioso
y sociable y simpático
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y a veces cruel,
y a veces familiar hombre que es.
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Os aviso a todos
que esa cosa en vuestra cabeza
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procede de un farsante
y es la conclusión de un don nadie.
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Una bicicleta robada.
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Tenía una bicicleta y
fue al gimnasio Columbia.
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Estaba pasando algo allí
asique dejo la bici fuera aparcada
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De tal modo que al salir
se la habían robado