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El hombre más dulce del mundo.
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Dicen que el dinero
cambia a la gente.
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No hay cambio más grande que
pasar de vivo a muerto.
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Es el destino cruel.
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Medio millón de libras.
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¿Llamamos a la policía
o al doctor?
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Hay que llamar a ambos,
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pero no se podrá esta noche.
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Su habitación es como cualquier
refrigerador que usarían ellos.
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Llama mañana.
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Creo que deberíamos rezar
un momento.
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Que Dios bendiga a las madres,
los padres y los abuelos...
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tías y tíos,
a los viejos y nuevos amigos.
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Amén.
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Santo Dios,
esta noche rezamos...
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por un hombrecillo de Tullymore,
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Ned Devine.
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Nunca ha habido un alma
bendecida con tanta dulzura.
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Un caballero que
amaba suvida,
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con un corazón tan grande
como su cabeza en el pecho.
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- Amén.
- Amén.