Cento passi, I
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Peppino.
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Ven aquí.
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Despacio, que sino me
aplastarás las bolas.

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Acelera.
Pisemos a todas estas chicas.

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Aplastemos, a todas
estas viejas, vamos.

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El Asesor, ese gordo, tambien
aplastemos a Tano, míralo.

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¿Peppino, quieres pisar a Tano?
¿No lo quieres acaso al tío Tano?

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Eh, detente.
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"Quiero vivir con tanto dinero..."
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"...que con la gente quiero cantar."
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"20 palacios y 100 caballos, y si hay
peligro, me cuidarán la espalda."

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"No estoy solo, y con ellos
voy de paseo..."

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"...me lamen el traste,
y me rascan las orejas."

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Tu hijo es un chico muy inteligente.
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"La semilla cuando es
buena no se pierde".

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Se subió al auto y en
cinco minutos aprendió a manejar.

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Y entendió a quién se puede
atropellar y a quién no.

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¿No es verdad Tano?
¿Querías mostrar que no tenías miedo?

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- Solo era para jugar con el niño.
- ¡Deja de embromar!

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Eh, cuñado,
¿cuanto te costó esta Giulietta?

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- ¿Te la quieres comprar?
- ¿Yo? ¿yo, comprármela?

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Decía que los Barbera
¡se han comprado una Mercedes!

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- ¿Y tú como lo sabes?
- ¡Lo sabemos todo!

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¿Ahora frecuentas esos "rompebolas"
de Palermo, no?

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¡Otra que Mercedes! Esos deberían
andar todavia a lomo de mula.


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