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Ven, corazón.
:30:13
-Ven a jugar con tus hermanos.
-Déjame, madre.
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Lo estoy pasando bien.
:30:41
Qué polvo claro,
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cuando miro la espalda
de ese tiempo transcurrido.
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Al mismo tiempo que yo un día,
con los pies amarrados,
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bajaba los ojos para no ver su cara.
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Y qué peso el de esa mochila
sujeta a mis hombros...
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cuando salí de casa:
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como dos gemelos caminamos ,
unidos por la espalda,
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yemas de un mismo huevo,
con ojos por delante...
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y ojos por detrás.
:31:40
Y allí, viendo a mi hermano,
veía muchas cosas distantes.
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Y en ese atardecer tomaba
la decisión desesperada...
:31:53
de echarme en el vientre blando
de aquella hora.