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te ofrezco mi canción...
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Sin ti, ¡pobre de mi!
Las azucenas llevan luto,
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El agua mezclada con el veneno,
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El vino se convierte en vinagre.
haz que las azucenas
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e blanqueen,
que el agua recupere su sabor,
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el vino a dulzura del nectar
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En cuanto a la música,
Orfeo se habrá puesto
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más rojo que Lucán.
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Hablando de los versos
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es una lástima
que no sean peores,
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entonces sabría expresar
mejor mi admiración.
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Te vi
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desnuda, en la fuente.
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Pensabas que nadie te veía,
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pero yo te vi
y todavía te veo así,
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aunque estás vestida.
Quítate el vestido.
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como lo hizo Crispinila.
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¡Qué bonitas!...
¡Qué manos tan bonitas!
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Ya he visto
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unas manos parecidas.
¿De quién eran?
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¡De mi madre!
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De mi madre... de Agripina...
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Dicen
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que pasea por la mar,
bajo la luna