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Está bien.
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Hay un niño, Billy Schnar,
y es muy guapo.
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¿Billy Schnar?
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Somos los más listos.
¿Pero sabes quién le gusta? Adivina.
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Melissa Thomas. ¿La conoces?
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¿La pelirroja fea de los frenos
y el pelo rizado?
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Pensaba que Israel es en Europa,
¿Sabes por qué le gusta? Adivina.
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-Porque es estúpida.
-¡No! ¡Porque tiene pechos!
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O al menos eso parece, pero no.
Se pone un sostén...
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...que le apachurra toda la grasa...
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...y hace que parezca
que tiene unos pechotes.
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¡Ay, papá, me voy a morir si no
me caso con Bill Schnar!
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¿Me voy a morir sólo
porque Melissa tiene pechos?
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Es demasiado trágico,
hasta para Shakespeare.
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Por esa razón, para Navidad,
quiero un sostén.
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Para mejorar lo que tengo, que es
superior a lo de Melissa Thomas.
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-Eres muy joven.
-¡No puedes negociar con mis pechos!
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Aunque sea muy chica para tenerlos,
ya los tengo.
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-¡Es difícil verlos a través de mi ropa!
-¡Cállate!
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La respuesta es "no".
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Concéntrate en los libros,
no en los niños.
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Por eso se hacen ricos los
sicoanalistas, por momentos como ése.
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¿Por qué no le compró el sostén?
Era más barato que una bicicleta.
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Los papás
y el daño que pueden hacer.
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A veces, no tiene fin.
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Pero la niña sobrevivió.
Porque, como dicen:
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"Lo que no te mata, hace que te den
ganas de morirte".
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Si fuera del Sur, hubiera usado
su vida para una canción.