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- ¿Qué pasa? - Pensaba en la carta
que le escribió Moro a la mujer.
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La leí en el diario. Me recuerda
un libro que me lía mi padre.
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..." Cartas de los Condenados a Muerte
de la Resistencia."
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Moro sigue vivo.
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¿Qué querés decir?
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En ese libro los condenados a muerte
fueron todos matados...
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... pero Moro sigue vivo.
- ¿Crees que lo matarán?
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Seguro, si ellos no mataran
a la gente, no serían nada.
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Son locos, y estúpidos.
Esto me da miedo.
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No te entiendo.
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- Es más, ¡me haces enfadar!
- Chiara, cálmate.
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Cálmate.
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Hablas de los brigadistas
como si fueran dementes...
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... detallas que se masturban
con Playboy y después matan a la gente.
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¿Lo demás no lo ves?, las caras
del poder democristiano, sus sirvientes.
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Los brigadistas son peores,
porque los quieren imitar.
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Piensa en el delirio de sus comunicados,
piensa si nos gobernara esa gente.
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¿Tu cómo escribes?
Tu obra es falsa de principio a fin.
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Entonces la leíste.
¿Por qué dices que es falsa?
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- La imaginación no salvó jamás a nadie.
- La imaginación es real.
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Es real pensar que entre
los secuestradores haya una mujer.
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- ¿Una mujer?
- Cambié el final, imaginé una mujer...
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... que entró en la Lucha Armada
no porque leyó "El Capital"...
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... una como tu. - ¿Qué tengo que ver yo?
- Me la imaginé como tu.
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Joven, bella, pero que hace de todo para esconderlo.