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A partir de ese día, escribió el poeta,
los navíos encontraron la tranquilidad.
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Los Cuatro Mares e incontables ríos
fueron seguros una vez mas.
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Y así esos hombres,
por fin en paz,...
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...pudieron vender sus espadas
y comprar bueyes para arar los campos.
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Mientras las voces de las mujeres
alegraban el día...
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...cantando detrás del biombo.